FERTILIDAD INTEGRATIVA

(Fundamentos de nuestra terapéutica)

La concepción de la salud de culturas ancestrales como la china o la del México antiguo, no separaban los diversos aspectos que estaban relacionados a su existencia y concebían su estado de salud como un reflejo de la interacción entre dichos aspectos, que iban desde lo mental, lo emocional hasta lo físico, dejando plasmada dicha concepción en las bases de sus respectivas medicinas tradicionales, tanto en la medicina tradicional china, así como en la medicina tradicional mexicana.

El desarrollo en las ciencias a través de sus diversas especializaciones, nos han traído grandes avances, sin embargo, en el campo de la salud, esta aislada especialización de los diversos aspectos de la existencia del ser humano lamentablemente ha fracturado el entendimiento de la fina, y a veces “imperceptible”, conexión que existe entre ellos. Tratamos los síntomas, sin voltear la mirada a otros campos del que puedan estar proviniendo las causas.

La vida misma, con su dinámica interconexión entre un cúmulo de diversos aspectos que están presentes en ella, es la expresión por excelencia de la fertilidad: la semilla depende de la tierra, del agua y del sol en su manera más elemental para reproducir la vida. A su vez, para llevar a cabo la germinación, brote y crecimiento de una nueva planta es necesario que estén presentes ciertas características para su logro. Si alguna de estas características no está presente en esta fórmula básica de la vida, la reproducción de la misma se ve limitada. Se parte de la anterior analogía, la cual podríamos decir que es un razonamiento de nivel básico inclusive, para dar entrada al entendimiento de un aspecto, que, por lo mismo de ser simple y básico también, la medicina convencional está pasando por alto, esto es el aspecto espacial de los órganos implicados en la procreación como la matriz y los ovarios. En palabras simples y llanas, es necesario también que los órganos estén en una posición correcta para que puedan funcionar eficazmente.

Muchas de las maquinarias más sofisticadas en la actualidad no funcionarían correctamente, o definitivamente no funcionarían, si una de sus piezas (entiéndase órganos) no estuviera en su correcta posición. Este es el caso de un conocimiento ancestral de la medicina tradicional maya a través del cual, de una manera no invasiva al cuerpo, se trabaja en el reposicionamiento de los órganos implicados en la procreación y con esto se logra restablecer la fertilidad que ha estado en un estado de “pausa”.

En el mismo sentido, también existe otro aspecto que la medicina convencional no contempla –por el hecho de que no está dentro de su contenido académico, por lo tanto, tampoco en su práctica clínica-, este aspecto es la variabilidad de temperaturas (temporales y permanentes) en diversos órganos y sistemas del cuerpo humano. No pasa esto en la medicina tradicional china o en la medicina tradicional mexicana, quienes sí tienen toda una concepción, y “atlas” energético, del cuerpo, en donde se “alojan” y circulan variables de temperatura. Retomando el ejemplo de la tecnología de vanguardia de nuestros días, existen maquinarias que cuentan con multi sensores de temperatura que están monitoreando las temperaturas de sus diversas piezas, o sistemas, y que en una “salida de rango óptimo” para su correcto funcionamiento -o sea que se sobrecaliente o le falte temperatura- dicha maquinaria podría inhabilitar dicha pieza o sistema. Un ejemplo de esto (pero en lugar de una maquinaría tomamos el caso de un cuerpo humano) es el cuadro clínico dentro de la medicina tradicional mexicana al cual se le denomina: “frialdad en los ovarios”, y con el cual se le estaría mandando la señal a los sistemas implicados en la procreación de “desactivar la fertilidad”.

Para atender y curar lo anterior existe en la medicina tradicional mexicana la terapéutica del temazcal. Es bien sabido entre el conocimiento popular del México prehispánico que cualquier mujer con problemas de infertilidad, puede regular su incapacidad mediante el baño de temazcal. Es famoso el término “bebé de temazcal”, aplicado a numerables casos de mujeres que después de largos periodos de no poder embarazarse, después de un baño de temazcal quedaron embarazadas. Esto se debe a la profunda acción de los elementos que están presentes en esta terapéutica.

Por un lado, tenemos la herbolaria utilizada para desintoxicar el organismo, para estimular las glándulas endócrinas, para fortalecer sistemas como el inmunitario, el respiratorio, el nervioso, el glandular, entre otros no menos importantes.

Por otro lado, el aspecto psicosomático también está presente en muchos casos de infertilidad, y es que cuando existe un bloqueo afectivo-emocional, el cuerpo reacciona de acuerdo con este cuadro psico-emocional y puede bloquear la función hormonal de los ovarios o el trabajo de las trompas de Falopio, desregulando su temperatura e interrumpiendo, o alterando, de esta manera su correcto funcionamiento. En este sentido, el trabajo psicológico y emocional que se lleva a cabo en el temazcal juega un papel muy importante, y a veces central, para la reactivación de los órganos involucrados para la procreación.

Sin lugar a duda, uno de los aspectos más valiosos en la terapéutica del temazcal para estimular la fertilidad en la mujer son los rayos infrarrojos, de una naturaleza muy particular, provenientes de las piedras volcánicas que son previamente calentadas al rojo vivo antes de cada sesión. Las cuales, también además son las encargadas de emitir el vapor de los tés de hierbas medicinales con las que son rociadas para tal efecto -por esto mismo no se trata de cualquier vapor-. 

Pero no sólo lo anterior es lo benéfico como comúnmente se piensa, sino que estos rayos infrarrojos que son emitidos por las piedras volcánicas emiten también iones de carga eléctrica benéfica, mismos que ionizan la sangre de quienes están recibiendo la terapia, esta sangre altamente ionizada repara cada órgano y cada sistema al correr a todo lo largo y ancho del organismo. Por eso hoy por hoy podemos decir que, así como la acupuntura es una herramienta terapéutica de la medicina tradicional china, el temazcal es una herramienta de nuestra medicina tradicional mexicana, y nos podemos atrever a decir que es la herramienta terapéutica más poderosa y completa de nuestra medicina tradicional mexicana.

En resumen, tenemos cuatro principales aspectos a través de los cuales procuramos la fertilidad.

1. El primero es el aspecto espacial.

2. El segundo es el aspecto endotérmico.

3. El tercero es el aspecto psico-emocional.

3. Y el cuarto es el aspecto nutricional.

Cada uno de estos cuatro aspectos repercute en el funcionamiento del cuerpo.

El aspecto nutricional tiene también una incidencia recurrentemente alta en aspectos de infertilidad, dado que en la actualidad tenemos una alimentación en gran medida distorsionada, y muchos elementos presentes en ésta son disruptores endocrinos -Los disruptores endocrinos son sustancias químicas capaces de alterar el equilibrio hormonal de un organismo viviente o inclusive bloquear sus funciones-.